Por: Gladis Karina Portilla Castillo

Enseñar a leer y a escribir es uno de los objetivos que tiene la escuela durante los primeros grados de primaria y para ello hay habilidades que se requieren desarrollar previamente, como la conciencia fonológica. Esta habilidad es considerada predictora de la lectoescritura, es decir,  su desarrollo puede ser un indicador del éxito en su aprendizaje y se sugiere trabajar desde edades tempranas en los jardines, hasta los primeros grados de primaria; e incluso desde casa, se puede preparar el camino para su enseñanza con actividades muy lúdicas.

La conciencia fonológica (CF) es una habilidad metalingüística que implica entender que las palabras se dividen en partes más pequeñas (sílabas),  hasta llegar a los sonidos de las letras (fonemas), y manipularlos, dicho con otras palabras, jugar con ellos para lograr identificarlos, combinarlos y/o formar nuevas palabras. Defior y Serrano (2011) la definen como “…habilidad para identificar, segmentar o combinar, de forma intencional, las unidades subléxicas de las palabras… (pg 81)» La CF tiene diferentes niveles que son palabras, sílabas y fonemas, siendo el nivel más sencillo el de palabras y el más complejo el de fonemas.

La CF es el primer paso para entender el principio alfabético, esto es conocer que a cada letra le corresponde un sonido, lo que llevará al niño a  aprender el lenguaje escrito. Por tanto, si esta habilidad está bien desarrollada podría predecir que su aprendizaje se alcance con mayor éxito; por el contrario, si su desarrollo no es suficiente, sería un indicador de una dificultad en la automatización del principio alfabético que podría traer consigo serias complicaciones en la lectura de palabras.

Se recomienda abordar esta habilidad de manera sistemática en la etapa preescolar desde los 3 años de edad y continuar durante los primeros grados de primaria. Las actividades que básicamente se realizan en los jardines son la rima y la segmentación silábica, que implica que el niño sea capaz de separar las palabras en sílabas. Además, de estas tareas, hay otras de composición, en las que el niño logra unir sílabas para formar palabras.

En educación primaria, continúa el desarrollo de la conciencia fonológica pero a nivel de fonemas, es decir, el niño deberá comprender que la parte más fina en que se dividen las palabras son los fonemas o sonidos de las letras, esto le va a permitir asociar cada uno a la letra que le corresponde y luego unirlos al leer palabras tanto familiares  como nuevas; es por ello que se pone mucho énfasis en el logro de la identificación del sonido de cada letra, inclusive sin el apoyo visual de esta.

Sin embargo hay actividades que pueden sensibilizar al niño desde los 3 años de edad y que se pueden llevar a cabo también en casa mediante la realización de juegos verbales. Decir trabalenguas, adivinanzas, retahílas, y cantar canciones sobre todo que contengan rima, “La vaca Lola”,  o aquellas que implica agregar palabras, “Marinera fue al mar”, son algunos de los juegos verbales que les gustan mucho a los niños. A través de estos les podemos  acercar de manera amable  a identificar y los sonidos del lenguaje y estarían fortalecidos para desarrollar actividades de CF junto a sus pares en contextos educativos.

También, podemos estimular la CF desde casa de forma explícita, desde  los cuatro años a nivel de sílabas y desde los cinco años a nivel de fonemas. En cuanto a las sílabas, se sugiere el componer sílabas con indicaciones, como “Trae el pe – lu – che”, el niño deberá unir las sílabas, armar la palabra y traer el objeto. Otra actividad puede ser pedirle que nombre un objeto diciéndole la primera sílaba al mismo tiempo que se le muestra, por ejemplo, ¿Qué juguete inicia con ma?”, el niño dirá la palabra completa prestando atención a esa primera sílaba de la palabra.

En cuanto a los fonemas, se propone comenzar con los sonidos iniciales de los nombres, del niño  y de los padres, para identificarlos se alarga la pronunciación de estos sonidos, por ejemplo, “Sssssssaúl”.  Solicitarle que pinte con un color que inicie con un sonido específico, como “Pinta este dibujo con un color que empieza con rrrrrrr”, presentándole  algunas opciones, es otra tarea que se puede hacer dentro del entorno familiar.

En suma, la conciencia fonológica constituye un puente para el aprendizaje de la lectoescritura; en primer lugar porque el niño comprende que el lenguaje está formado por palabras y estas se forman por sonidos más pequeños; y en segundo lugar, le facilita la comprensión y automatización del principio alfabético que a su vez  propiciará la lectura de palabras y por ende de cuanto desee leer. Los maestros y padres podemos contribuir con su desarrollo ya sea en contextos preparados como espontáneos partiendo de los juegos verbales. Es tiempo de cantar y retomar todos esos juegos verbales que aprendimos durante nuestra  infancia, puesto que ahora sabemos que no solo entretienen a los niños sino constituyen un acercamiento inicial al aprendizaje de la lectura.

Referencia:

Defior S. y Serrano F. (2011) Procesos Fonológicos Explícitos e Implícitos, Lectura y Dislexia. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 11(1), 79-94.

Gladis Karina Portilla Castillo

Tutora Nivel Primaria
Colegio María Nicole

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